EEUU.–La historia parece salida de una comedia familiar, pero es completamente real. Todo comenzó cuando el hombre, que no suele jugar a la lotería, pasó frente a una sala de apuestas y, por impulso, compró un billete del Powerball. Sin embargo, al llegar a casa lo guardó sin mayor interés y lo dejó detrás del cabecero de su cama.(Seguir leyendo…)