Florida es el último estado que elude la autoridad de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) permitiendo a los pacientes acceder a determinados tratamientos con células madre que no han sido rigurosamente evaluados y aprobados.
En virtud de una nueva ley que entró en vigor el 1 de julio, los médicos de Florida pueden administrar terapias con células madre no aprobadas para el cuidado de heridas, el tratamiento del dolor o fines ortopédicos. La ley llega en medio de un creciente apoyo a la libertad médica en Estados Unidos, una idea defendida por el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., y podría impulsar a otros estados a seguirla. Sus partidarios afirman que la ley ayuda a proteger a los pacientes, mientras que sus detractores sostienen que abre la puerta a perjuicios físicos y económicos.
«Hay interés de varios estados en permitir la venta de productos de células madre que no han sido aprobados por la FDA. Creo que vamos a ver más de eso», comenta Leigh Turner, bioeticista y profesor de salud, sociedad y comportamiento en la Universidad de California, Irvine, que ha estado siguiendo la industria de las células madre.
Otros estados se unen a la ola de células madre
El año pasado, Utah aprobó una ley que permite a los proveedores de atención médica en el estado ofrecer terapias con células madre de placenta, que a menudo se comercializan para el tratamiento de heridas y lesiones, siempre que indiquen claramente su estado no aprobado y obtengan el consentimiento informado por escrito de los pacientes antes de administrarlas. Y una ley de 2017 en Texas permite a clínicas y empresas ofrecer terapias con células madre no aprobadas a personas con enfermedades crónicas o terminales cuando se hayan agotado las opciones de tratamiento convencionales.
Las células madre han despertado un inmenso interés en los últimos 30 años por su capacidad de producir copias de sí mismas indefinidamente y formar células más especializadas en el organismo. Las células madre son fundamentales para el desarrollo humano durante el embarazo y pueden encontrarse en embriones, tejido placentario y sangre del cordón umbilical, y también son producidas de forma natural por los adultos, sobre todo en la médula ósea, para permitir que el cuerpo se repare a sí mismo. A lo largo de los años se han estudiado como tratamiento para una gran variedad de dolencias, como la artritis, la diabetes, la insuficiencia cardiaca, la esclerosis múltiple y la enfermedad de Parkinson.
Pero a pesar de décadas de investigación, las células madre no han producido el tipo de curación que los científicos esperaban. Los únicos productos aprobados por la FDA son las células madre hematopoyéticas extraídas de la sangre del cordón umbilical. Se utilizan en trasplantes para tratar a pacientes con ciertos tipos de cáncer y trastornos sanguíneos y autoinmunes que han visto destruidas sus propias células madre hematopoyéticas por altas dosis de quimioterapia o radiación.
La ley de Florida prohíbe las terapias con células madre derivadas de embriones y tipifica el uso de células madre embrionarias como delito grave de tercer grado. También prohíbe el uso de células extraídas de cordones umbilicales después de abortos, aunque permite obtener células de cordones umbilicales y placentas desechados después de recién nacidos vivos.
La FDA regula las terapias con células madre como fármacos a menos que estén «mínimamente manipuladas», es decir, que el procesamiento de las células no altere significativamente sus características biológicas originales. Esta laguna ha permitido a clínicas y empresas eludir el largo proceso de aprobación de fármacos y ofrecer tratamientos con células madre cuya seguridad y eficacia no han sido sometidas a pruebas exhaustivas. La ley de Florida no especifica si las células madre que se ofrecen en el estado deben estar mínimamente manipuladas, lo que presumiblemente permite células manipuladas más allá de esa norma.
Las células madre ya son un gran negocio en Florida
En un estudio de 2021, Turner identificó casi 2,800 clínicas en EE UU que vendían supuestos tratamientos con células madre, un aumento significativo respecto a las 570 clínicas que él y un coautor registraron al realizar un estudio cinco años antes. En el estudio más reciente, California, Texas y Florida encabezaban el número de clínicas del país.
En los últimos años, la FDA ha advertido a los consumidores sobre los riesgos de los productos de células madre no aprobados y ha emitido cartas de advertencia a las empresas que los comercializan. En 2018, el entonces jefe de la FDA del presidente Donald Trump, Scott Gottlieb, trató de cerrar permanentemente dos clínicas de células madre, una de ellas en Florida, citando el «daño grave y permanente» que causaron. En la clínica de Florida, tres pacientes quedaron ciegos después de recibir inyecciones oculares de células madre para la degeneración macular relacionada con la edad. La clínica cobró 5,000 dólares por las inyecciones y obtuvo las células madre del tejido adiposo de los propios pacientes.