Durante la mayor parte del espectáculo, de unas tres horas de duración, hay tres músicos humanos en el escenario: un batería, un bajista y un guitarrista, que acompañan a un desfile de chicas de anime que aparecen en los enormes monitores, uno en el centro y dos a derecha e izquierda. Los dos DJ, Mono Monet, un vtuber con el pelo morado que salta del género filter house al gabber, y JOENN, un DJ humano real que aparece físicamente en el escenario para cerrar la noche con un set aún más frenético, fácilmente podrían mezclarse en cualquier rave. Pero el grueso del espectáculo es lo que un oyente casual probablemente llamaría «música anime», acercándose ocasionalmente hacia canciones que iban desde memes básicos hasta un rap de enlace en biografía igual de crédulo.
Mariya, la ya mencionada vampiresa sexi del anime, empezó a publicar en VTub en 2020, justo a tiempo para aprovechar la oleada de popularidad impulsada por la cuarentena, cuando todo el mundo buscaba un amigo parasocial. Su contenido abarca desde juegos hasta chats, pasando por videos ASMR, a veces solo para miembros, y karaoke, y también ha lanzado un sencillo a los servicios de streaming.
He visto algunas de sus transmisiones en vivo, pero no sabía qué esperar de su concierto. El promocional prometía que habría una banda humana en directo, pero ¿cómo iba a interactuar ella exactamente con ellos? Así que me puse de acuerdo para hablar con ella a distancia un par de días antes del concierto. La videollamada comienza, y ella aparece tal y como lo hace en sus transmisiones. Literalmente, estoy hablando con el avatar que ven sus fans. 
«Soy una vampiresa nacida hace miles de años. Y tú, y todos mis espectadores, son humanos mortales. Y mi objetivo es: cada vez que mueras y te reencarnes, te encontraré. Y esta es la forma en que te encontré en esta vida», expresa a modo de introducción. Ahora que comprendo qué fuerzas cósmicas me han conducido a esta entrevista, intento imaginar cómo será el concierto. Le pregunto a Mariya cómo explicaría su espectáculo a un completo novato, y ella ofrece: «Imagínate Paramore, pero Hayley Williams es una chica anime», y se ríe. Esto no responde a mi pregunta principal: ¿cómo van a conseguirlo desde el punto de vista técnico? ¿Será un holograma? ¿Los artistas entrarán en directo desde sus casas? ¿Desde los bastidores?
No son buenas preguntas. Al menos, no según las reglas internas del vtubing.
La cultura del vtuber se compara con la lucha libre profesional
Existe una regla en el vtubing: el kayfabe, un término para presentar una historia ficticia como realidad. La mayoría de la gente que ha oído la palabra la conoce por la lucha libre, donde los atletas en el ring representan un culebrón sudoroso para el entretenimiento del público. Todo el mundo sabe que es falso, desde el propio combate hasta las gritonas entrevistas posteriores.
Los vtubers lo llevan a otro nivel. Cuando Mariya dice a sus fans que es una vampira, esa tradición se convierte en un hecho. Por lo general, es inapropiado preguntar directamente a un streamer cómo «inventó» su historia o quién es «realmente». La gente se ha esforzado en encontrar un respaldo teórico para esto. En un libro titulado The Philosophy of VTuber (La filosofía de un vtuber), un recién doctorado de la Universidad de Tokio hace referencia al filósofo John Searle para argumentar que un vtuber es un «ser institucional»: los vtubers «existen» del mismo modo que existe el dinero, porque la gente está de acuerdo en creer en él.
