Desde Justin Bieber sonando a la hora de cenar en la casa de JD Vance hasta Sam Altman usando Shazam con canciones de éxito, un sitio web que afirma haber publicado los hábitos de escucha de Spotify de miembros de la administración Trump, líderes tecnológicos y periodistas está dando la vuelta al mundo.
«Llevamos rastreando sus cuentas desde el verano de 2024. Listas de reproducción, escuchas en directo, todo. Sabemos qué canciones reprodujeron, cuándo y cuántas veces», se lee en el sitio Panama Playlists, alegando: «Con un poco de investigación, podría decir con casi certeza: Sí, son ellos».
¿Las cuentas son reales?
En este momento, es difícil saberlo. WIRED no ha verificado de forma independiente las cuentas enumeradas. El reportero Mike Isaac, de The New York Times, declara a WIRED que las canciones que aparecen en el sitio web a su nombre coinciden con su historial real de escuchas de Spotify. Cinco de los usuarios de Spotify que aparecen en el sitio web confirmaron a The Verge la exactitud de los datos publicados. Así que me he pasado toda la mañana escuchando obsesivamente todas las canciones de Panama Playlists, disfrutando de una mirada voyeurista a los hábitos de escucha de la gente poderosa. 
Los representantes de los personajes públicos cuyas listas de reproducción aparecían no respondieron a las solicitudes de comentarios.
La posible lista de reproducción de cocina de JD Vance, de la que ya se había informado antes de esta publicación, incluye «One Time» de Justin Bieber y «I Want It That Way» de los Backstreet Boys. Las Panama Playlist también afirman que la fiscal general de EE UU Pam Bondi se divierte con «Hot in Herre» de Nelly y «Cold as Ice» de Foreigner, esta última suena como una apología a la política actual de inmigración de la administración. Igualmente, el gobernador de Florida Ron DeSantis supuestamente escucha «Party in the USA» de Miley Cyrus, y la secretaria de prensa de la Casa Blanca Karoline Leavitt parece disfrutar un poco de Cyndi Lauper con «Girls Just Want to Have Fun».
Parece que ni siquiera los gays republicanos han podido resistirse a la atracción gravitatoria del verano Brat de Charlie XCX, con el candidato a subsecretario de Estado para Crecimiento Económico, Energía y Medio Ambiente, Jacob Helberg, escuchando «Apple» de Charli XCX más de 50 veces en el último año. Si las listas son exactas, Helberg podría convertirse pronto en el miembro de la administración Trump más subido al tren del gay-pop. «Feminomenon», de Chappell Roan, y «Diet Pepsi», de Addison Rae, son sus dos siguientes canciones más escuchadas, de acuerdo con las Panama Playlists. Me pregunto qué pensará el posible jefe de Helberg de que sea un fanático de Chappell, sobre todo teniendo en cuenta que la artista dijo: «Que se joda Trump» el año pasado.
Altaman, ¿estás triste?
Las canciones que supuestamente repiten los líderes tecnológicos de Silicon Valley son especialmente desquiciantes. La cuenta pública de Spotify aparentemente vinculada al CEO de OpenAI, Sam Altman, que parece seguir las listas de reproducción de uno de los amigos de Altman desde hace mucho tiempo, contiene múltiples listas de reproducción de Shazam de canciones identificadas, desde «Good Lookin'» de Dixon Dallas, una parodia gay de la música country, hasta «Get Ur Freak On» de Missy Elliott. El omnipresente éxito de Elliott consiste principalmente en la letra ‘get ur freak on‘ repetida una y otra vez, lo que la hace especialmente irónica para Shazam. Otras canciones que Altman parece haber shazameado son: «Pumped Up Kicks», de Foster the People, «Liability», de Lorde, «The A Team», de Ed Sheeran, «Fly», de Nicki Minaj, y «Make You Feel My Love», de Adele.
Palmer Luckey, cofundador de la empresa de defensa Anduril y figura controvertida de Silicon Valley, confirmó en X que seleccionó varios éxitos de mediados de la década de 2000 para su lista «Best Music Ever», creada hace aproximadamente una década; «Since U Been Gone» de Kelly Clarkson, «So Yesterday» de Hilary Duff y «Sk8er Boi» de Avril Lavigne formaban parte de sus hábitos de escucha de Spotify. Odio decirlo, pero son, de hecho, éxitos certificados.
