Del mismo modo en que los humanos utilizan la frase “no eres tú, soy yo” como señal inequívoca de una separación amorosa, una reciente investigación reveló que algunas aves monógamas también muestran comportamientos que anticipan un “divorcio” mucho antes de la temporada de reproducción.
La elección de pareja es crucial para asegurar el éxito reproductivo en especies que solo se vinculan con un compañero a la vez. Estudios anteriores han analizado por qué ciertos ejemplares permanecen unidos de por vida, mientras otros optan por cambiar de compañero antes de reproducirse. Sin embargo, hasta ahora no se habían identificado conductas previas que anunciaran esta ruptura.
Científicos de las universidades de Oxford y Leeds estudiaron el comportamiento de carboneros comunes en libertad y determinaron que existen señales claras que permiten predecir la separación de una pareja.
Los hallazgos se basan en datos recopilados por un proyecto de monitoreo a largo plazo en Wytham Woods, Reino Unido, que ha seguido a esta población de aves durante más de 75 años. Parte del monitoreo consiste en instalar nidos artificiales revisados de forma periódica.
Las aves que utilizan estos nidos son identificadas con anillos del British Trust for Ornithology y chips PIT (transpondedores pasivos integrados), pequeños dispositivos que permiten leer la información del ave desde lejos.
Para comprender las interacciones sociales fuera del periodo reproductivo, los investigadores implementaron un sistema de monitoreo invernal con 65 comederos equipados con tecnología RFID (identificación por radiofrecuencia). Estos dispositivos registraron datos durante 13 fines de semana consecutivos de diciembre a febrero, entre 2011 y 2014.
Los investigadores instalaron antenas RFID en comederos especiales que detectaban automáticamente las etiquetas PIT de cada ave cada tercio de segundo, creando un registro detallado de todas las visitas. Este sistema permitió capturar con precisión cuándo y dónde se alimentaba cada individuo a lo largo del día.
Con esta información, los científicos identificaron lo que denominaron «eventos de bandada»: momentos específicos en los que múltiples aves coincidían simultáneamente en el mismo comedero. Para analizar estos patrones de comportamiento social, emplearon un modelo estadístico avanzado llamado modelo mixto gaussiano, que les ayudó a distinguir entre encuentros casuales y interacciones sociales genuinas.
El paso crucial fue comparar estos datos de comportamiento social con los registros históricos de parejas reproductivas de temporadas anteriores y siguientes. Esta comparación cruzada reveló qué parejas habían permanecido unidas y cuáles se habían separado, permitiendo así identificar los patrones de comportamiento que anticipaban una futura ruptura.
Adelaide Daisy Abraham, investigadora del Departamento de Biología de la Universidad de Oxford y coautora del estudio, explicó que los resultados “demuestran que las relaciones entre las aves no son estáticas. Encontramos una señal conductual clara durante el invierno que permite anticipar la probabilidad de divorcio de una pareja en primavera. El divorcio parece ser un proceso social que evoluciona con el tiempo”.
En concreto, se descubrió que el comportamiento invernal puede predecir la ruptura posterior: las parejas que terminaron separándose pasaban mucho menos tiempo juntas durante el invierno que aquellas que permanecieron unidas.
Las parejas fieles fortalecían su vínculo con el paso de los meses, mientras que las que finalmente se divorciaban mostraban una creciente distancia, llegando incluso a visitar los comederos en horarios distintos.
Esto sugiere que las aves que se preparaban para separarse evitaban socializar con su compañero reproductivo, a diferencia de las fieles, cuyo lazo se consolidaba progresivamente.
Josh Firth, investigador de la Universidad de Leeds y autor principal del estudio, concluyó: “Seguir a estas aves a lo largo de las estaciones y durante varios años nos permite observar cómo se forman y desintegran las relaciones en la naturaleza, algo que los estudios de corto plazo no lograrían. En el futuro, nuevos experimentos de campo ofrecerán más oportunidades para comprender en detalle la dinámica de los vínculos y la separación en entornos naturales”.