Las estatuas moái en Rapa Nui (lugar también conocido como Isla de Pascua) cuentan con cerca de 50 años antes de que el aumento del nivel del mar comience a afectarlas directamente. Un estudio de la Universidad de Hawái concluye que, para 2080, esta isla chilena integrará el grupo creciente de territorios impactados como consecuencia del cambio climático.
La investigación, publicada en la revista Journal of Cultural Heritage, advierte que el aumento del nivel del mar permitirá que las olas estacionales alcancen Ahu Tongariki, la plataforma ceremonial más icónica del Parque Nacional Rapa Nui, que alberga 15 moáis. Además, estas marejadas amenazarán 51 bienes culturales de la zona.
Para identificar el punto de inflexión en la Isla de Pascua, el equipo que dirige Noah Paoa, doctorante del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Hawái, creó un gemelo digital del territorio y utilizó modelos informáticos para simular el comportamiento del oleaje a lo largo de la costa de Rapa Nui, bajo diferentes escenarios de aumento del nivel del mar proyectados para los próximos 100 años.
Partieron del contexto actual, en el que el oleaje ya alcanza algunos bienes culturales cercanos a la costa. Si el nivel del mar sube 1.2 metros, las olas generadas sobre ese nuevo “piso” golpearán uno de los muros del principal centro ceremonial y dañarán las carreteras costeras. Con un aumento superior a tres metros, una sola ola provocará una inundación extensa que afectará hasta 133 bienes culturales.
“Científicamene hablando, no es una novedad”
Entre los elementos más vulnerables figuran los bienes funerarios, incluidos los moáis, y el arte rupestre. El reporte aclara que ninguna estructura habitacional se ubica en la zona de inundación en ninguno de los escenarios. Este hecho distingue a Rapa Nui de Tuvalu, país insular que ya se prepara para la primera migración planificada de la historia debido al cambio climático.
“Desafortunadamente, desde un punto de vista científico, los hallazgos no son sorprendentes. Sabemos que el aumento del nivel del mar representa una amenaza directa para las costas a nivel mundial. La pregunta crítica no era si el sitio se vería afectado, sino qué tan pronto y con qué gravedad”, contó Paoa en un comunicado de su universidad.
“Encontrar que las olas podrían llegar a Ahu Tongariki para 2080 proporciona los datos específicos y urgentes necesarios para incentivar la discusión y la planificación de la comunidad para el futuro”, añadió.
La publicación no propone un plan maestro para salvar las estatuas, pero puntualiza algunas líneas de acción que podrían funcionar como medidas de mitigación. Entre ellas se encuentran la posibilidad de levantar defensas costeras como rompeolas, la restauración de ecosistemas que naturalmente disminuyan la energía de las olas o, en ultima instancia, la reubicación de los monumentos siempre en comunicación con la comunidad Rapanui.
En 2024, la NASA pronosticó que el nivel del mar en las islas del océano Pacífico crecerá al menos 15 centímetros en las próximas tres décadas, de manera irreversible, incluso si se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.