El tema de los embriones congelados volvió a estar sobre la mesa luego de que, en los primeros meses de este año, Eugenia Roccella, ministra de Familia de Natalidad e Igualdad de Oportunidades de Italia, confirmara el proyecto de ley sobre la adopción de embriones abandonados en ese país. Se trata de aquellos que no se implantan con fines de embarazo y que, por ende, quedan inutilizados. Ahora bien, ¿de qué estamos hablando exactamente, qué ocurre con los embriones que no se utilizan y por qué quizá sería mejor hablar de donación y no de adopción?
La PMA homóloga
Empecemos por recordar que la procreación médicamente asistida homóloga (PMA homóloga) hace referencia a una serie de técnicas utilizadas en laboratorios para fecundar ovocitos con espermatozoides y conseguir así un embarazo. Según las directrices de la Organización Mundial de la Salud, las parejas sanas que no logran concebir tras al menos 1-2 años de relaciones sexuales libres y sin protección (límite que puede reducirse a 6 meses en algunos casos) pueden recurrir a la procreación asistida. Las leyes varían por país; en el caso tratado de Italia, la ley solo les permite acceder a esta serie de tratamientos a las parejas heterosexuales en edad fértil y con certificación de matrimonio o convivencia.
Embriones congelados
Durante el proceso de PMA, se cosechan los ovocitos y, el mismo día, los ovocitos maduros se fecundan con los espermatozoides de la pareja, para luego mantenerlos en una incubadora hasta 7 días. «Durante este período, los ovocitos fecundados se desarrollan durante 3 días hasta el estadio de embrión y durante unos 5 días hasta el estadio de blastocisto», explican desde el Hospital San Raffaele. «Entre 3 y 5 días después de la extracción de ovocitos, se contactará con la persona para realizar la transferencia embrionaria». Los embriones supernumerarios obtenidos, por su parte, serán criopreservados (mediante la fecundación in vitro, o FIV, o de la microinyección espermática, o ICSI) utilizando la técnica de vitrificación, que se basa en el uso de nitrógeno líquido para preservarlos y mantener su estado a lo largo del tiempo.
Qué ocurre con los embriones congelados
«Al adherirse al consentimiento informado para la criopreservación embrionaria, la pareja se compromete al uso futuro de los embriones», explican desde el Hospital Humanitas. Según la ley italiana, de hecho, los embriones congelados pueden ser utilizados por la pareja en un nuevo intento de PMA (luego de un primer intento fallido o si tienen intención de tener otro hijo), o pueden optar por transferirlos a otro centro especializado y autorizado. La tercera opción es abandonarlos mediante una declaración firmada; es decir, la pareja renuncia a los embriones. Como aclara Humanitas, «la ley italiana establece que los embriones no pueden donarse a otras parejas ni a la investigación científica, y que no pueden destruirse. Por tanto, en caso de abandono, los embriones seguirán siendo responsabilidad del centro donde se crioconserven indefinidamente».
En el caso de España también hay varias opciones. Además de poderse mantener los embriones para futuros ciclos reproductivos, es posible donarlos a otras personas o para investigación. El otro destino es que se desechen, algo que puede elegir la pareja, pero también lo puede hacer la institución que los tiene cuando no se renueva el consentimiento para que sean crioconservados.
Ahora, la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) ha dicho que existen muchos embriones congelados que no tienen un destino claro. Ocurre porque, para muchas personas, tomar esta decisión es un dilema muy difícil. Eso representa un problema legal y de almacenamiento para las instituciones.
En América Latina la ley varía por país. Mientras algunas naciones, como Chile, tienen proyectos de ley para regular el tema, otras siguen con un limbo legal pues faltan normas. En general, hay un debate para determinar si un embrión es una persona o una “cosa”. La respuesta no es simple.
Hay que subrayar que los embriones congelados son blastocistos, es decir, células en una fase de desarrollo de unos cinco días, y por tanto, en la mayoría de los países, no tienen personalidad jurídica. Sin embargo, en Ecuador, Chile y Costa Rica, ha habido ocasiones en las que los embriones han recibido ciertos derechos debido a la interpretación de leyes que, como en el caso de Ecuador, establecen que la “vida empieza desde la concepción”. De cualquier manera, el debate sigue abierto mundialmente y probablemente será difícil de solucionar.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Andrea Baranenko.