En medio de los últimos acontecimientos por los que atraviesa la sociedad dominicana, rodeados de maltrato infantil, especialistas señalan que la comunidad juega un papel fundamental como «red de apoyo» para una familia que puede estar atravesando momentos de crisis.
Entre la consternación que generan las recientes tragedias familiares, la psicóloga clínica y terapeuta familiar Carmen Sosa insiste en que la comunidad, vecinos, familiares, maestros y líderes religiosos, cumplen un rol clave en la prevención de estos hechos.
«¿Por qué? Porque es el lugar donde se detectan los primeros gritos de auxilio. Es allí donde se escuchan las primeras frases de desesperanza, un hijo quizás con miedo, una pareja que está teniendo conflicto o celos», explicó Sosa.
Aseguró que «la prevención empieza desde casa», señalando que cuando una pareja se amenaza o expresa ciertas situaciones, «esos son gritos de auxilio que tenemos que prestarle atención; entonces la comunidad tiene ese poder de sostener a la familia cuando no puede sola con situaciones».
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Omar José Cabrera, padre de los tres niños que murieron tras ser envenenados por su madre la noche del domingo en el sector Ensanche Isabelita, en Santo Domingo Este. Aunque afirmó que su pareja era «todo el tiempo» agresiva, nunca imaginó que, tras más de 13 años de relación, pudiera atentar contra la vida de sus hijos ni contra la suya propia.
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Al igual que Omar, varios vecinos señalaron haber notado indicios de agresiones y celos por parte de la hoy occisa hacia su esposo, aunque nunca imaginaron que pudiera ser capaz de cometer esa acción.

«No normalizar»
Cuando la familia y la comunidad fallan en escuchar, acompañar y sostener, «no solo pasan este tipo de tragedias, sino que uno se niega la oportunidad de ayudar, pero especialmente cuando lo normalizamos», señaló la especialista.
Añadió que «una conversación a tiempo, una escucha a tiempo, una intervención profesional, inclusive sugerida, vamos al psicólogo, vamos a buscarte ayuda», puede marcar la diferencia.
«Esto no solo nos evitaría esas tragedias, también ayudaría a que crezcamos como seres humanos. No podemos seguir desensibilizados y desconectados de la gente que está alrededor de nosotros, que puede estar viviendo momentos muy serios de dolor», dijo.
Acciones inmediatas
Entre las acciones inmediatas que la comunidad puede tomar, Sosa recomendó:
- No ignorar ni minimizar señales como amenazas, frases de cansancio extremo o peleas constantes
- Escuchar y acercarse con empatía, ofreciendo espacios de conversación y apoyo
- Alertar a miembros de confianza: familiares, líderes comunitarios, maestros o líderes religiosos
- Ayudar a buscar ayuda profesional, desde psicólogos hasta servicios sociales
Los indefensos
La psicóloga enfatizó que los niños son las víctimas más indefensas y requieren protección especial. «No basta con decir ´es su mamá o su papá´, porque también pueden hacer daño en medio de una desregulación emocional».
Asimismo, hizo un llamado a proteger al miembro más débil de una familia, la víctima más inocente: «Se necesita proteger a esos más indefensos y buscar ayuda antes de que las cosas lleguen a tragedia, porque a veces, y creo que es el caso de la mayoría de las cosas que han pasado, ya hace mucho que están como familia, los abuelos, los tíos, los hermanos o los hijos, viendo que está pasando algo y no se busca ayuda hasta que ya no se ve que el daño es grande o que la tragedia ha sobrepasado a todo», señaló.
Así de indefensa fue la pequeña Emailing, la niña de 7 años que murió el sábado 16 de agosto torturada presuntamente a manos de su tía. La mujer, de confianza para la familia, se la llevó desde Monte Plata al sector Los Guandules, Distrito Nacional, con la promesa a la madre de darle «una mejor vida».
Mientras la imputada Yokeiry Coronado de la Cruz torturaba a la pequeña, el imputado Jeider Montero tenía conocimiento de los hechos, pero nunca los denunció. Mientras que algunos comunitarios no lograron identificar las señales, ya que en la casa de la tortura «siempre había un radio prendido».

El duelo colectivo
«Un duelo muy intenso» es lo que vive cada familia en la ocurre este tipo de tragedias, que, de acuerdo con la especialista, «impacta sus vidas significativamente».
Sosa subrayó que las familias cargan culpas y se hacen preguntas sobre lo que pudo haberse hecho. Por ello, sugiere espacios de diálogo, acompañamiento psicológico y espiritual que permitan procesar el dolor y evitar que se repita el silencio.
Así como las familias, Sosa indicó que la comunidad también experimenta el duelo tras una tragedia, debido a posibles sentimientos de culpa que puedan surgir: «Toda esa vecindad va a caer en esa tristeza y, a veces, incluso en la culpa, porque yo escuché discusiones, pero no pensé que llegaría tan lejos; yo no me imaginé que iba a pasar, veía la situación, pero no hice nada», puntualizó.
«Ayudaría mucho que la comunidad tuviera un espacio de diálogo y de contención, charlas, acompañamiento grupal, inclusive con las iglesias, momentos de oración, que le ayuden a procesar lo que han vivido», sostuvo.
Para denunciar casos de maltrato infantil se debe llamar a la Línea Vida, al 809-200-1202, de la Procuraduría General de la República. Este servicio es gratuito y está disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
«De acuerdo con las características de la denuncia, se deriva a la institución competente. En los casos de maltrato infantil, estas denuncias llegan al Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani)», explicó Samir Saba, encargado de Comunicaciones de la entidad.
Saba recordó que cualquier persona con información sobre un caso de maltrato infantil está facultada y obligada a denunciarlo, y aseguró que todas las denuncias pueden manejarse de forma anónima, si así lo desea el denunciante.
Salud mental
La psicóloga clínica Likaurys García destacó el esfuerzo que hace la comunidad en la prevención del maltrato infantil. «La sociedad está pendiente de lo que ocurre con los niños, se involucran en el sentido de que todo marche bien», señaló, aunque lamentó que en muchos casos «no se tomen las medidas del hogar, que no lleguen los seguimientos».
García también mencionó el burnout maternal (agotamiento extremo por responsabilidad parental) como factor de riesgo: «Las madres en general están cargadas del día a día y no se dan un descanso para dedicarse justamente a su salud emocional». Agregó que «el cerebro es un órgano como cualquier otro y hay que prestarle atención».
Sobre cómo prevenir tragedias, la especialista señaló la importancia de la acción comunitaria: «Cuando escuchen o tengan situaciones de una persona en peligro, lo primero es denunciar y seguir con la denuncia, hacerlo público para que en algún momento lleguen, porque si nos quedamos simplemente con ir a llamar y no vienen, entonces vamos a decirlo en las redes sociales, entonces ahí sigue ocurriendo, si sigue dando la voz de alerta, puede ser que llegue una persona a socorrer a la víctima».