La promulgación del nuevo Código Penal dominicano, mediante la Ley 74-25, coloca al país frente a un marco jurídico más estricto para los delitos considerados atroces, en especial aquellos que atentan contra la vida humana con saña y premeditación.
La normativa entrará en vigor en agosto de 2026 y establece sanciones de hasta 40 años de prisión mayor para homicidios agravados, además de multas que oscilan entre 50 y 1,000 salarios mínimos del sector público.
Aunque aún no está en aplicación, la magnitud de los cambios encuentra eco inmediato en crímenes recientes que han estremecido a la sociedad dominicana, como el ocurrido en el municipio de Mao, Valverde, donde un hombre asesinó y descuartizó a su hermana en una escena de espanto que ha marcado a toda la comunidad.
Cómo el nuevo Código aborda este tipo de crímenes
- Con la reforma, crímenes como el de Mao entran de lleno en la tipificación de homicidio agravado, descrita en el artículo 92 del nuevo Código Penal. Allí se contemplan como agravantes:
- Cuando el homicidio se comete con premeditación o acechanza, en cuyo caso se considera asesinato.
- Cuando la víctima es pariente cercano del autor, como ascendientes, descendientes, cónyuges o convivientes.
- Cuando el crimen se ejecuta con actos de barbarie o tortura.
- Estas circunstancias elevarían la sanción a 30-40 años de prisión mayor, además de multas considerables.
El artículo 118 refuerza este criterio al establecer penas iguales para quienes cometan actos de tortura o barbarie. En el caso de Mao, la combinación de homicidio agravado, mutilación y ensañamiento encajaría dentro de este marco legal más severo.
El nuevo Código también contempla en su artículo 260 penas de 2 a 5 años de prisión para quienes oculten cadáveres, que pueden llegar hasta 10 años si la víctima murió como consecuencia de un hecho punible. Este apartado refleja la intención de sancionar con más rigor prácticas como las vistas en Mao, donde los restos fueron escondidos en ollas y cubetas.
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El límite de las condenas
En casos de concurso de delitos graves, como homicidio agravado, ocultamiento de cadáver y actos de barbarie, el nuevo Código fija un máximo de 60 años de prisión (artículo 49). Este tope busca reflejar la gravedad acumulada de los crímenes más atroces sin que la sumatoria de condenas exceda lo humanamente cumplible.
Del viejo al nuevo Código
El Código Penal de 1844 carecía de tipificaciones detalladas y no contemplaba penas tan elevadas. Con la reforma, el país se acerca a estándares internacionales en la lucha contra la violencia extrema, ampliando las figuras jurídicas para responder a la crueldad de hechos como el de Mao.
Un espejo de urgencia
El caso de Mildred Estefanía y la brutalidad con la que fue asesinada por su propio hermano es el reflejo inmediato de por qué se requería un marco más actualizado y estricto. Si bien el nuevo Código Penal entrará en vigor en 2026, la conmoción que genera este tipo de crímenes ya coloca en la opinión pública la pregunta de hasta qué punto la legislación vigente logra responder con proporcionalidad al horror de hechos que estremecen a todo un país.
El caso de Mao: violencia familiar convertida en barbarie
El 24 de agosto, José Guerrero Quezada, de 38 años, mató y desmembró a su hermana Mildred Estefanía Guerrero Quezada, de 35, tras una disputa familiar.
La víctima fue vista por última vez la noche de ese día mientras trabajaba en una banca de apuestas. Al día siguiente, las autoridades encontraron su cuerpo mutilado, lo que levantó sospechas inmediatas sobre su hermano.