POR RAFAEL PASIAN
En el año 2025, las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela vuelven a encender la región. Washington ha vuelto a desplegar su poderío naval: tres destructores de misiles surcan aguas cercanas a Venezuela, bajo la bandera de una guerra contra el narcotráfico, una escenografía que recuerda otras intervenciones disfrazadas de buenas intenciones
El País
The Wall Street Journal
Financial Times
. En respuesta, Caracas ha activado a millones de milicianos y denunciado una agresión injustificada contra su soberanía
El País
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New York Post
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Una mirada histórica: herederos de “Las venas abiertas”
Eduardo Galeano, en Las venas abiertas de América Latina, narró cómo la región ha sido saqueada durante siglos por potencias externas, primero colonial, luego imperial, en nombre del progreso y la estabilidad
Wikipedia
. Esa historia sigue viva hoy: Estados Unidos ha impulsado golpes y desestabilizaciones en Chile (1973), República Dominicana (1965) y ha respaldado regímenes autoritarios que aplastaron libertades populares
People’s World
El análisis progresista no olvida a Venezuela: en 2002, un golpe contra Hugo Chávez —orquestado con complicidad estadounidense— fue revertido por el pueblo
TIME
. La historia registra también cómo la Doctrina Monroe y el Corolario Roosevelt justificaron pasadas intervenciones, siempre bajo el pretexto de preservar el orden mientras se erosionaba la soberanía de los pueblos latinoamericanos
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Wikipedia
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El derecho de Venezuela a la paz y soberanía
Soberanía inviolable — Venezuela tiene el derecho inviolable a su autodeterminación, sin que potencias extranjeras condicionen su destino mediante amenazas militares o sanciones coercitivas.
Inspiración bolivariana — Siguiendo el legado de Simón Bolívar, los pueblos de América Latina han luchado por liberarse del yugo colonial. Hoy, ese ideal de unidad, libertad y hermandad sigue siendo guía en la resistencia a cualquier tipo de injerencia.
Paz sin sangre — La región merece curarse del historial sangriento. Así como hoy Gaza sufre injusticia y muerte, América Latina no puede repetir patrones de agresión disfrazada de ayuda. La paz auténtica exige diálogo, no cañones.
América Latina unida jamás será vencida — La verdadera fuerza está en la unidad: integración social, económica y diplomática entre países latinoamericanos que resistan el intervencionismo y defiendan una agenda de justicia, desarrollo y no injerencia.
Política exterior civilizada y solidaria — La región debe fortalecer la cooperación con base en el respeto mutuo, la equidad y el desarrollo compartido. Debe rechazar acuerdos que impliquen sumisión o dependencia.
Conclusión
La agresividad histórica de intervenciones encubiertas y golpes foráneos debe ser confrontada con un grito firme: paz y soberanía para Venezuela, sin humillaciones externas ni repeticiones de tragedias. La sangre ya pagó su tributo; es hora de construir un futuro donde el progreso, la justicia y la fraternidad no sean promesas vacías, sino el nuevo cauce que una definitivamente a nuestra América Latina.
of-am
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