Poco después de que el presidente estadounidense Donald Trump colgara una llamada con el ruso Vladimir Putin esta primavera, cobró vida un oscuro canal de radio de onda corta, que emitía desde una base militar en algún lugar de Rusia.
A través de una niebla de estática, a 4625 kHz en el dial de onda corta, la voz de un hombre habló en tono monótono: «Nikolai, Zhenya, Tatiana, Ivan». Repite el mensaje en alfabeto fonético ruso, seguido de una serie de números y letras. El mensaje completo dice: «NZhTI 01263 BOLTANKA 4430 9529». Nadie sabía lo que significaba, pero mucha gente lo adivinó.
Esta emisora de radio, apodada UVB-76, se ha pasado gran parte de 2025 emitiendo mensajes crípticos, música extraña e interrupciones piratas. El canal ha despertado fascinación durante décadas. Esta vez, sin embargo, algo es diferente. Ahora, la red de propagandistas y belicistas de Moscú está repentinamente fascinada por este oscuro canal. 
El verdadero propósito de UVB-76 es casi con toda seguridad inocuo y mundano. Pero en las últimas semanas, Moscú ha aprovechado la extraña fijación con el canal para avivar los temores de un armagedón nuclear.
«The Buzzer»
La radio de onda corta, que opera en una frecuencia diferente y un espectro más amplio que las emisiones de radio AM o FM, siempre ha tenido un fandom particularmente dedicado. Como las emisiones de onda corta pueden atravesar enormes distancias, se convirtió en el medio favorito de soldados y espías.
Durante la Guerra Fría, los radioaficionados rastreaban el dial de onda corta en busca de las agencias que se comunicaban con sus agentes. Si se sintonizaba la frecuencia adecuada, se podía oír a un oficial de la KGB leyendo mensajes codificados para sus agentes encubiertos en Estados Unidos, a un oficial de inteligencia cubano transmitiendo un mensaje a Moscú o a un agente de la CIA en Europa del Este intentando ponerse en contacto con Langley.
El final de la Guerra Fría y la llegada de la tecnología moderna facilitaron las comunicaciones seguras, por lo que las emisoras de onda corta quedaron obsoletas, aunque no del todo. Sin embargo, al mismo tiempo, los radioaficionados empezaron a congregarse en internet y buscaron emisoras de espionaje en el dial.
«¿Con qué te has tropezado?», reza un mensaje publicado para los curiosos visitantes de Spynumbers.com. «¿Instrucciones para espías? ¿Mensajes intercambiados entre narcotraficantes? ¿Intentos deliberados de engaño y desinformación? Lo más probable es que sea todo lo anterior». Los usuarios del sitio web mantenían una meticulosa base de datos de las emisoras de onda corta que, según creían, utilizaban los espías. Operadores de todo el mundo registraron la estación en 4625 Khz como «The Buzzer» (La zumbadora).
Se cree que la emisora, clasificada únicamente como «eslava», se puso en línea en la década de 1970. El hecho de que pudiera oírse en todo el mundo (desde Londres hasta Sydney) sugería que tenía unos transmisores muy potentes detrás. Se pensaba que el tono perpetuo, un zumbido incesante, era una forma de que el operador reservara la frecuencia, incluso cuando no se utilizaba activamente. El zumbido cesaba con poca frecuencia, quizá una vez a la semana, y era sustituido por otros tonos o por un hombre que leía un mensaje utilizando el alfabeto fonético ruso. Por mucho que lo intentaban, los oyentes nunca descifraban esos mensajes.
